Cristiano 2 - Ronaldo 1

Finalizada la temporada, queda prepararse para los "bolos" veraniegos y comentar los ecos de la que ha finalizado, todo con camisa de flores abierta frente a barrigota cervecera y una de gambas en el chiringuito (el de verdad, el de la playa).

Para que la espera no se haga eterna siempre tiene que surgir un "culebrón". El de este año se llama "Cristiano Ronaldo", con un nuevo capítulo del: "Me voy porque no me dicen lo suficiente que soy precioso". Y es que esto ya lo hemos vivido anteriormente y el resultado al que conduce puede no ser bueno para el Real Madrid, pero es que es nefasto para el protagonista.

¿Y quién se resiste a esta sonrisa de picarón?
Hace unos años ya, nos veníamos viendo lo que iba a pasar aquí (artículo de los más leídos por vosotr@s, chavalería. ¡Gracias!) y es curioso que, finalmente, haya ido ocurriendo poco más o menos lo que predecíamos. Hoy por hoy, CR7 es más Cristiano que Ronaldo, lo que significa: mal rollo.

El fútbol tiene muy poca memoria pero, si nos paramos a pensar, hace un año por estas fechas, o incluso hace unos meses, se hablaba de que quizá el buque insignia del madridismo había dado todo lo que tenía, y una venta a tiempo era una victoria. Que si tapaba la banda y la progresión de Bale, que había perdido todo el sprint y el desborde, que si era egoísta, no participaba, no defendía, bla, bla... No se crean que había mucho de inexactitud en esas afirmaciones. Efectivamente, no hace tanto tiempo jugar con Cristiano Ronaldo era como hacerlo con un botijo que salta mucho y protesta. Sin lugar a dudas, fue el período en que Cristiano se puso 1-0 contra su alter-ego. Un narcisista empedernido al que ni siquiera puedes justificar su alineación porque te resuelve partidos.

Nadie es perfecto... Así que os perdono.
No nos olvidamos de los comentarios que hubo en torno a los premios individuales y colectivos que recibió en 2.016. Para todos ellos hubo un "pero" y se habló más de una vez de "inyustisia" (como a él le gusta proclamar). Ganó una Champions en la que metió el penalty decisivo, sí, pero después de 120 minutos que los firmaría Gento en su estado actual. También alzó la Eurocopa, pero no tuvo una participación excelsa en la selección, lesión incluida en la final. Nos plantamos en un verano de 2.016 con un jugador que parecía haber llegado casi al límite y estaba en el mejor momento para aprovechar el márketing que generaba y hacer una buena venta.

Sin embargo, esto no se produjo. En mi humilde opinión de blogero trasnochado, hubo un par de factores que hicieron de "Ave Fénix" y volvieron a hacer de CR7 otra vez una bestia temible. Primero la propia lesión de la Eurocopa, que le hizo perderse el inicio de temporada y tener una recuperación larga, una adaptación tranquila y un final de temporada terrible. Después, la mano mágica del "calvorotas" que entrena su club, que te fascina de cómo puede dirigir al monstruo de equipo que tiene a base de aplausos y sonrisas, pero lo hace. Hasta el punto de que le convenció para descansar, siendo mediante salidas puntuales al banquillo o quedándose directamente ni convocado.

Empiezo a pensar que es control mentar tipo Charles Xavier... Parecerse, se parece.
Todo esto y la transformación que necesitaba, obraron el cuasi milagro. Por un momento, CR7 escuchó, o se plegó a las circunstancias y entendió que tenía dos opciones: Cambiar su manera de jugar o quedar para la portada de la revista TELVA. Decidió la primera de las dos y, una vez más, volvió a tocar el cielo por la puerta grande. Cristiano se reconvertió en goleador (más de lo que ya era). Un mérito terrorífico partiendo de la base de que no es un excelso rematador (¿no le recuerdan poniendo remates francos como amenaza de unos cuantos Boeing?), sino, repetimos, un increíble goleador. Es decir: Llega el primero, llega más fuerte y llega con más hambre que cualquiera, por lo que siempre te va a rematar y alguno va a ir para dentro.

Cristiano acaba la temporada convirtiéndose en Ronaldo, con dos goles en la final de la Champions (el primero prácticamente tocando dos balones)  y con un nivel en que muy pocos pueden discutir que opte a otro balón de oro. 1-1

Recogiendo el concedido a Iniesta, Xavi, Casillas, Raúl...
Pero, hete aquí que acaba la temporada y empieza el veranito, en el punto en que nos encontramos. En ese momento aparecen una serie de informaciones que dice que el chaval puede que deba dineritos a hacienda y el castillo de naipes de su pretendida madurez se pega una "guaya" de mucho cuidado. De pronto, por un problema que debería de ser suyo (es su declaración de la renta, como lo fue la de Messi, Neymar, Mascherano, Di María, Xabi Alonso...) se convierte en que "en España le maltratan". Luego ya no es España, sino que es el propio Real Madrid, que debería haber salido en modo "big mama" cual señora de color de Harlem con 120Kg, levantando el dedo índice y moviendo el cuello al compás del "not my boy, bitch". Que uno se pregunta: "Si el problema de la tributación viene del club, ¿por qué no lo dice y punto?". Pero no... Silencio sepulcral, dejamos que la familia y los diarios portugueses vayan poniendo el ventilador y, mientras, a lo nuestro: seguir creyéndose por encima del bien y el mal. El resultado final: 2-1.

Porque conviene hacerse una reflexión. CR7 se encuentra en el que, por números, hoy por hoy es el club dominante de Europa (lo que es lo mismo: del Mundo). Tiene 32 años de vellón y, por tanto, no muchas oportunidades para seguir ganando títulos. Está en un sitio donde ha vuelto a conseguir que no se discuta su titularidad y su aportación, no así sus formas, pero es lo que tiene ir diciendo que te tienen envidia porque eres bueno y guapo. El PSG, básicamente el club que te puede fichar, viene de hacer un ridículo histórico en Champions y va a necesitar mucho más que a un gran goleador y a Emery en el banquillo para hacer algo grande. Conclusión: Sopesa si es buena idea ir de "guay" por mucho que hayas firmado unos últimos tres meses imparables y, sobre todo, pregúntate por qué tu afición se está pensando que por 200 millones te pone dentro de un huevo Kinder y te lanza en una catapulta que apunte a los Campos Elíseos.


Ahora que lo dice...

A lo mejor es porque te has transformado en un increíble goleador, pero eso no te hace un gran asistente, pasador, organizador, cerebro o carrilero. Es sano preguntarse qué hubiese pasado si en tu puesto hubiese habido un Lewandosky, Luis Suárez o, incluso, un Falcao. Eres un tremendo goleador (posiblemente el mejor del mundo), pero tienes contigo en el campo a otros diez, y alguno más en el banquillo, que también están entre los mejores tres o cuatro del mundo en tu puesto.

Es interesante centrarse en lo futbolístico, pero cuando tú te empeñas en no hacerlo, puede que te aireen las vergüenzas. Es complicado andar subiendo fotos en tu Bugatti Veyron, en la mansión o en el jet privado y luego decir que te tratan fatal por exigirte 14 millones de euros que, parece, no has pagado. Tienes toda la presunción de inocencia del mundo pero... ¿Realmente has tenido una reacción a la altura de alguien que quiere ser icono del futbol mundial y ejemplo para los niños?

Yo, salvo nuevos acontecimientos, lo resumo así:

Cristiano 2 - Ronaldo 1.