El desvanecimiento del futbolista

Me van a permitir, oh mis querid@s lector@s, que hoy eche mano de un texto que creé en algún momento espacio/tiempo y que tiene que ver con nuestro tema favorito, la doma del cerdo el fútbol.

Como en la vida es importante reírse de todo, hasta de lo que consideras más sagrado. Un día me dio por hacer un artículo "de coña" en el que me imaginaba qué ocurriría si ponías a un futbolista tipo de primer nivel delante de un libro.

Por supuesto, siempre asumiendo que generalizar es ser impreciso y que hay mucha gente por ahí que se dedica a patear balones y tiene cultura de sobra, la intención de las siguientes palabras no son otras que pasar un buen rato y... Lo de siempre: Partirnos el ojal.

Sin más, aquí les dejo el titular:

Un futbolista sufre un leve desvanecimiento en mitad de la lectura de un libro.


"No hay excusa. Él ha sido mejor que yo",  declara el afectado.

Bruselas, 25 de Enero de 2014.

El día se hizo noche para Francoise Bemente, jugador de segunda división de la liga Belga, la tarde del pasado Sábado 18 de Enero. De carácter indomable, este futbolista afrontó el reto de leer "Teo en la granja" - Violeta Deneu, 32 páginas - de princio a fin, sin desdeñar si quiera el exhaustivo estudio de sus ilustraciones.

Corría el minuto 43 cuando, inesperadamente, el esfuerzo hizo mella en el buen ánimo de nuestro protagonista al pasar una página. "He salido con el respeto propio de la situación", declaraba, "Los primeros minutos han sido de asentamiento, comprendiendo el prólogo y tratando de situar bien el dedo en el papel pero cuando parecía que tenía el libro bajo control me ha sorprendido en un descuido".

El suceso supone un duro varapalo para este jugador que llevaba tres meses de preparación para el encuentro : "La verdad es que siempre te toca la moral. ¿No?. Han sido muchas semanas de entrenamiento progresivo. Primero con los ingredientes del pan Bimbo, luego el acta de la reunión de la comunidad de vecinos... Uno se siente fuerte y afronta este tipo de situaciones con confianza, pero las cosas no siempre salen como se quiere".

Se desconoce el tiempo de recuperación del joven deportista hasta estar en condiciones de afrontar su vuelta a la lectura. Las previsiones más optimistas hablan de dos meses, entre que se llega a conseguir la coordinación cerebro-ocular y la comprensión suficientes como para volver a intentarlo. Una colección de relatos narrados, la tertulia de Radio-Marca y ejercicios con plastilina compondrán el día a día de Francoise de aquí en adelante.

"Quizá no hemos planteado este encuentro de la mejor manera posible", se lamentaba su entrenador, Pierre Pla No. "Creimos que el peso del mismo iba a recaer sobre la mitad del libro, pero luego la realidad te sorprende". Francoise había alcanzado la página 8, cuando la indisposición por exceso de información le causó una bajada repentina de azúcar y un mareo del que no pudo recuperarse. "No hay libro pequeño. En esas páginas es donde te juegas todo el resultado final y a veces sale bien y otras no. Había entendido sin problemas cómo Teo puede alimentar a los cerdos sin que le arranquen un brazo, pero verle cosechar en un tractor a su edad fue algo para lo que realmente no estaba preparado".

"Puede que no haya sido lo suficientemente agresivo entre párrafo y párrafo", se lamenta. "En cualquier caso, los libros son así. Ya sólo queda recuperarse lo mejor posible y afrontar el futuro con optimismo. Cuando pueda enfrentarme a este reto y superarlo, quizá sea el momento de elevar el desafío a otro nivel y podamos soñar con cosas importantes, como interpretar un plano de Metro. ¿Quién sabe?".

Francoise Bemente, un jugador férreo y contundente, de los que ya no quedan.

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